Pasión, es lo que necesitamos...

Del latín passĭo, -ōnis, y este calco del griego πáάθος, la Real Academia Española la define como Acción de padecer. Y es muy certera esta definición, puesto a que uno realmente padece cuando realiza las cosas con pasión. Pasión es lo que lleva a que se cumplan los sueños, las metas, lo que uno realmente se propone, se logra padeciendo.

Las sangres caen de un hombre, la gente lo escupe, otros le tienen lástima, los soldados lo azotan, y pensar que ÉL siendo el Rey, nació en un pesebre humilde, tuvo discípulos, uno lo vendió, otro lo negó, después de prometerle que moriría con ÉL, y el seguía caminando, llevando esa pesada cruz… cae… pues los azotes y maltratos habían culminados con sus fuerzas, piden a un hombre que le ayude, lo levantan siguen, vuelve a caer, ya no aguantaba mas, pero seguía, porque estaba consiente de que de su muerte dependía la salvación del mundo, lagrimas de sangre, salían de su desfigurado cuerpo, dolor recorrían por todo su cuerpo, pero el tenía que llegar a la cruz… Y llegó, lo clavaron los pies y las manos, hasta entonces el no abrió su boca, simplemente enmudeció, se calló, pero de pronto rompió el silencio, y no para maldecir a los culpables de su muerte, sino para pronunciar aquella famosa frase, “PADRE PERDONALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”, un soldado agarra un lanza y lo clava en su costado, para asegurar su muerte, pero antes de eso, dijo dos palabras CONSUMADO ES, que significa, lo he hecho, lo he cumplido.

Su nombre es Jesús, y toda la humanidad conoce su nombre, los espíritus tiemblan al oír su voz, su historia es la mas conocida en la humanidad, Jesús, el Hijo de Dios, nos demostró su pasión.

Es una lástima que preciosos sueños, hermosas metas y propósitos, espectaculares proyectos hoy en día se pierdan solamente por temor a padecer.

HEGEL dijo una vez esta frase: Nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión. Tu pasión es lo que te llevará a cumplir lo que te propongas, tu pasión es lo conquistara tus anhelos y sueños, el padecer es lo que a uno luego le da autoridad de decir, yo se, porque yo pase.

Jesús ya no podía, pero el sabía de que tenía que llegar, padeció y luego dijo, lo he hecho, lo cumplí. Así mismo nosotros, debemos luchar por nuestros sueños, padezcamos para luego llegar en un lugar mas elevado, y decir LO LOGRÉ. Las críticas van a estar allí presente, si… te escupirán con sus críticas, te maltratarán con sus comentarios, te azotarán con sus lenguas, algunos intentarán trabarte, echarte, quizás lo logren, pues quizás caerás, pero por la pasión que tienes por lograrlo, te levantarás, y seguirás. Recuerda siempre que las grandes cosas que deseas, dependerá de la pasión te tengas por ella...

Un joven turista se encontraba en las playas de Cancún y era la primera vez que subiría en un paracaídas jalado por una lancha. Si conoces la playa, sabes que los lancheros prestan ese servicio, que consiste en que un paracaídas es amarrado por una cuerda a una lancha.

Entonces, la lancha inicia su recorrido mar adentro, con el turista sujeto al paracaídas con un arnés. Este corre con el paracaídas en la playa por unos instantes, hasta el momento en que el turista despega los pies del suelo, el paracaídas se eleva hasta el cielo y la persona junto con el.

Imagínate, el joven no sabía nadar y tenía las siguientes preguntas en su cabeza:

¿Qué pasará si la lancha me arrastra mar adentro, antes de que me eleve el paracaídas?

¿Qué tal si una vez en el cielo, me caigo de semejante altura?

A pesar del miedo, decidió actuar y confiar en la incertidumbre. Sabía que era una experiencia nueva y era natural tener miedo. Pero también sabía que la vida es eso, experiencias nuevas y que tenía que estar abierto ante la vida.

Se puso el arnés. Escuchó con nerviosismo las últimas indicaciones del instructor. “Ruuuuuum” se escuchó el sonido del motor de la lancha que iniciaba su recorrido al mar. El joven comenzó a caminar al principio y después a correr a medida que la velocidad aumentaba.

Y llegó el momento en que tuvo que pegar un salto para evitar caer al mar “¡Guuuuuaaaaaauuuuuu!” no lo podía creer, el paracaídas se elevó y en cuestión de segundos, estaba a muchos metros encima, viendo el mar y los hoteles de la ciudad, como si fueran casas de juguete. Y sintió paz.

“Qué emocionante, nunca me hubiera imaginado que sería tan fácil y divertido” y disfrutó de la hermosa vista desde el cielo.

¿Qué podemos aprender de este joven? Es natural tener miedo ante lo desconocido. La imaginación crea mil y un fantasmas pero son eso. Fantasmas. No existen en realidad y son auto-creados.

Mi pregunta es: ¿Cuántos de nosotros evitamos tener experiencias nuevas por temor a lo desconocido?

Aún más fuerte: ¿Cuántos miedos imaginarios has acumulado durante tu vida, que te han evitado experimentar cosas nuevas y ser feliz?

La pasión es lo que nos lleva a vencer los temores, a experimentar lo que parecía difícil, a ser lo que uno realmente desearía ser, este hombre, si escuchara a sus miedos pues tan solo podría abandonar y dejarlo ahí, y jamás experimentarlo, pero se dispuso, pensándolo bien, a mas de conocer la vista desde arriba, su vida estaba en juego, pues en un instante la menor falla lo llevaría a la muerte…

Cuando uno tiene pasión no le interesa nada, ni siquiera la misma vida, pues padecerá hasta lo último, luchará, caerá, se volverá a levantar y seguirá, sin importar los miedos, los temores. Porque que hay una meta por cumplir, y algo grande por dejar marcado en la historia.

¿Deseas ver a los Grandes? O ¿Quisieras ir un poco más allá y ser Tú el Grande?, ¿Quieres seguir leyendo historias de hazañas, de vencedores, de grandes héroes, de personas que marcaron un antes y un después en la historia? O ¿Quieres ser el que da el primer paso, el que deje el antes y el después en la historia, el que no necesita leer historias, sino que su historia será leído, deseas ser más que un vencedor? Entonces, es tiempo de que coloques pasión a lo que emprendas.

Se una persona diferente, se una persona con Pasión.

“Pero Tú Señor, me rodeas cual escudo; Tú eres mi gloria;

¡Tú mantienes en alto mi cabeza”

Salmos 3:3